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domingo, 19 de julio de 2015

Hay un sentimiento, se llama El Nacional.

por carlosnareaf 

El Nacional es de esos sentimientos que solo se dan una vez en la vida. Se dice entre los futboleros que se puede terminar con la esposa, con la novia, que incluso pasa que se pelea con la familia, pero el amor por el equipo de fútbol es eterno.


El partido frente a Aucas es una muestra más del inmenso amor por el rojo. Una hinchada que no paró de alentar durante los 90 minutos. Y un equipo que le devolvió esa fidelidad con gol, con victoria. Fue 1 a 0, pero pudieron ser más goles. A la larga, al hincha le queda la satisfacción de saberse ganador.


Edison Preciado, nuestro goleador está en casa. Aunque pasó medio desapercibido durante muchos minutos, los goleadores deben estar y hacerse presentes cuando las papas queman. Y ayer Aucas fue una papita caliente que complicó, luchó hasta el final del partido.


Las ganas que pusieron nuestros muchachos suplió en muchos tramos un toque virtuoso, al orden o la táctica. Y eso es justo lo que pedimos de ellos. Entrega, lucha, sacrificio. Seguramente no somos el equipo que mejor juega el fútbol en Ecuador, pero cierto es que si nos ganan tendrán que matarnos sobre la cancha.


Mosquera ayer fue un monumento al guerrero. Peleó todo el partido. Hasta hizo un par de jugadas a las que no nos tiene acostumbrados, como meter una finta y sacarse a tres de encima. Guerra, flojito pero sin desentonar en el balance general.

Lara, quien entró en la segunda parte, corrió y jugó como juvenil. Pareciera que sus 30 y tantos años no existieran. Lideró el ataque y desde sus pequeños botines de niño nacieron las mejores llegadas del rojo.

Aún nos falta. No nos vamos a engañar. Falta volumen de juego, claridad de llegada, pero al menos ayer, nos dimos cuenta que la garra militar puede suplir cualquier falencia. Fue un partido que se ganó con el fusil entre los dientes.

Al Aucas no le va bien reprochar al árbitro por el penal. Fue bien pitado. A menos que esto sea un encuentro de lucha libre, las tacleadas en el área son penal aquí y en la China. Preciado, fiel a su costumbre de dar alegrías a Nacional, pateó con eficiencia y la pelota adentro. Gol. Y punto.

Son tres puntos que nos ponen en la pelea, tanto en la actual etapa como en la acumulada. Ya somos quintos. Ganamos al Quito (nuestro próximo partido) y podemos estar hasta cuartos o terceros. Así se va labrando el camino a la gloria. Partido a partido. Paso a paso. Nada de corrida de caballo y parada de burro. A un equipo como El Nacional esas descripciones no le van. Se trata de hacer un proceso caminando a cosas más grandes.


Se trata de que El Nacional es el único bitricampeón ecuatoriano. Se trata de que somos “la gloria del fútbol”. Se trata de que somos el verdadero papá de Ecuador. Nada de motes sin sentido. Las estadísticas nos avalan. Y ayer, como esperamos que ocurra siempre, ese mote de papá cumplió.

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