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viernes, 31 de julio de 2015

Los tres puntos y hasta ahí



El Nacional demostró que a pesar de mejorar ostensiblemente desde la época de Octavio Zambrano, aún le falta. Le falta profundidad, le falta llegada. Se ha mejorado en defensa, se ha mejorado en mediocampo. El equipo toca más la pelota, busca el arco rival. Pero hasta ahí.

El triunfo frente a Mushuc Runa nos mostró la cara más visible de los rojos. Control, toque, proyección por las bandas. Pero en ataque nos cuesta, nos sigue costando poder meter presión y llegada clara. Los ambateños casi logran lo mismo que el Deportivo Quito: cortar el juego por las bandas, y ahí entonces dejarnos sin muchas opciones de ataque.

El juego combinado de Lara, con Pabón, Palacios y Preciado, como lo planteó Insúa, puede ser peligroso, puede marcar, pero no logra esa fluidez, esa contundencia que necesitamos arriba. Hay que admitir que Mushuc Runa no fue un equipo deslotado que nos complicó la defensa, pero si tenemos problemas para anotar goles a los ambateños, ¿qué pasará con los equipos grandes?

Hay varias reflexiones que se pueden sacar en limpio del partido anterior. Primera: podemos ganar a los equipos de media para abajo. Dos: falta ataque, contundencia. Tres: la mejoría del equipo frente a la era Zambrano es visible.

No podemos negar a la hinchada que al equipo le falta. Que no quedamos satisfechos. Que nos sigue pareciendo poco ganar al Aucas y al Mushuc, si lo comparamos con las derrotas frente a Liga y al Quito.

Pero analicemos algo. En ambos partidos que perdimos se resolvió con un gol en nuestra contra y luego ambos cuadros se fueron a la defensa. Saben que nuestro problema en este año es ser protagonistas en nuestra propia cancha. Lo conocen. Y eso nos complica.

Siempre me preguntaremos el porqué Insúa no arriesga con dos delanteros netos en el área. Tal vez por ahí… Tal vez con la inclusión de Chalá, no sabemos qué pasa con Bagui… Y lo del “chupete” Samaniego sigue siendo una incógnita.

Ganar nos debe dar gusto. Debe ser reconocido porque no es fácil. Eso se lo debemos a los jugadores. Pero siempre hay espacio para mejorar. Siempre habrá en la hinchada roja esa sensación de querer más.

Este fin de semana nos espera otro duelo de vista contra Deportivo Cuenca, lo ideal será rescatar unos puntos de tierras morlacas, pero no es una tarea fácil, además que siguiente semana el encuentro contra Barcelona, los mejor seria sumar en los dos encuentros pero sin la hinchada que apoye el camino es más difícil.


sábado, 25 de julio de 2015

El Nacional: una de cal, una de arena

Por: @carlosnareaf


Justo cuando empezábamos a ilusionarnos con mejores días, viene el Deportivo Quito y nos hace aterrizar. El partido de ayer fue una muestra de que podemos, pero nos falta aún para estar de nuevo entre los de arriba.

Los partidos con los “chullas” son por tradición los más peleados que tenemos. Posiblemente incluso más que con Liga de Quito o Barcelona. No por nada la diferencia entre ambos equipos es tan pequeña de 182 partidos jugados, 61 son triunfo de Deportivo Quito y 62 para El Nacional. Y eso se reflejó ayer, en la cancha del Atahualpa.

El Quito jugó a no perder, es verdad. Jugó de contra. Pero también desnudó que nos falta más seguridad en defensa y sobre todo, mejores ideas en el ataque. Para el segundo tiempo Insúa puso todo lo que debería poner. Todo lo mejor que tenemos al momento, tal vez con la excepción de Samaniego, de quien no sabemos mucho, si sigue lesionado, con ganas de jugar o qué Saritama aprovechó esos balones largos que tanto daño nos han hecho durante el año, esa falta de seguridad que tantas veces nos ha pasado factura. Puso el 1 a 0 y de ahí a vivir de la regalías. Protegerse bien atrás, no dar espacios para un toque claro, sino formar una muralla que deje sin opciones a Lara, Méndez, Preciado y compañía.

Puede que ayer nuestros mejores hombres no hayan lucido como en otros partidos, pero en gran parte se debió a que los “chullas” literalmente bloquearon todo el campo. No parecía un partido 11 contra 11, sino 11 frente a 22.

Con todo, la falta de soluciones en el ataque fue evidente. Si no llegamos con Lara, si Méndez no logra un buen pase en profundidad, si Preciado no hace una pared, nos quedamos en nada. Poco aporte Palacios por la banda. El juvenil Segovia tampoco pudo por su lado. Pavón, borrado. Para el segundo tiempo se intentó con Aníbal Chalá por la izquierda, y mejoramos algo. Luego Villalba, pero todo resultó inútil.

Al final perdimos, porque jugamos más que el Quito pero ellos hicieron el gol y nosotros no. Y este deporte se trata de hacer goles. De nada sirve tener la pelota, jugar mejor, lucirse con un pase o una jugada individual si al final no se hacen goles.

Es evidente que Preciado o Álvarez solos arriba no alcanza. Puede ser así de visita o en alguna ocasión esporádica, pero en partidos como el de ayer, se necesitan más juego en conjunto y no llaneros solitarios solos frente a todos los malos. El problema parece ser que en el módulo actual, nos falta tener juveniles desequilibrantes en puestos claves. No sé qué pasó con Bagui los últimos partidos, que no ha sido considerado. Pero definitivamente, tenemos una cantera respetable pero no alcanza de momento. Jugar todo un primer tiempo con uno de ellos nos resta. El 3-5-2 que sería lo ideal para el DT requiere que hagamos cambios.


Lo bueno, como siempre, es que el fútbol da revanchas y el próximo partido frente al Mushuc del inefable Sixto Vizuete puede ser que levante los ánimos de la hinchada y del equipo, que seguramente con el resultado de ayer no están felices, ni los unos ni los otros.  

domingo, 19 de julio de 2015

Hay un sentimiento, se llama El Nacional.

por carlosnareaf 

El Nacional es de esos sentimientos que solo se dan una vez en la vida. Se dice entre los futboleros que se puede terminar con la esposa, con la novia, que incluso pasa que se pelea con la familia, pero el amor por el equipo de fútbol es eterno.


El partido frente a Aucas es una muestra más del inmenso amor por el rojo. Una hinchada que no paró de alentar durante los 90 minutos. Y un equipo que le devolvió esa fidelidad con gol, con victoria. Fue 1 a 0, pero pudieron ser más goles. A la larga, al hincha le queda la satisfacción de saberse ganador.


Edison Preciado, nuestro goleador está en casa. Aunque pasó medio desapercibido durante muchos minutos, los goleadores deben estar y hacerse presentes cuando las papas queman. Y ayer Aucas fue una papita caliente que complicó, luchó hasta el final del partido.


Las ganas que pusieron nuestros muchachos suplió en muchos tramos un toque virtuoso, al orden o la táctica. Y eso es justo lo que pedimos de ellos. Entrega, lucha, sacrificio. Seguramente no somos el equipo que mejor juega el fútbol en Ecuador, pero cierto es que si nos ganan tendrán que matarnos sobre la cancha.


Mosquera ayer fue un monumento al guerrero. Peleó todo el partido. Hasta hizo un par de jugadas a las que no nos tiene acostumbrados, como meter una finta y sacarse a tres de encima. Guerra, flojito pero sin desentonar en el balance general.

Lara, quien entró en la segunda parte, corrió y jugó como juvenil. Pareciera que sus 30 y tantos años no existieran. Lideró el ataque y desde sus pequeños botines de niño nacieron las mejores llegadas del rojo.

Aún nos falta. No nos vamos a engañar. Falta volumen de juego, claridad de llegada, pero al menos ayer, nos dimos cuenta que la garra militar puede suplir cualquier falencia. Fue un partido que se ganó con el fusil entre los dientes.

Al Aucas no le va bien reprochar al árbitro por el penal. Fue bien pitado. A menos que esto sea un encuentro de lucha libre, las tacleadas en el área son penal aquí y en la China. Preciado, fiel a su costumbre de dar alegrías a Nacional, pateó con eficiencia y la pelota adentro. Gol. Y punto.

Son tres puntos que nos ponen en la pelea, tanto en la actual etapa como en la acumulada. Ya somos quintos. Ganamos al Quito (nuestro próximo partido) y podemos estar hasta cuartos o terceros. Así se va labrando el camino a la gloria. Partido a partido. Paso a paso. Nada de corrida de caballo y parada de burro. A un equipo como El Nacional esas descripciones no le van. Se trata de hacer un proceso caminando a cosas más grandes.


Se trata de que El Nacional es el único bitricampeón ecuatoriano. Se trata de que somos “la gloria del fútbol”. Se trata de que somos el verdadero papá de Ecuador. Nada de motes sin sentido. Las estadísticas nos avalan. Y ayer, como esperamos que ocurra siempre, ese mote de papá cumplió.