El Nacional
parece sentirse más cómodo cuando juega al contragolpe y tiene que preocuparse
más por defender que por atacar. Al menos así se lo vio frente a una Liga de
Quito que durante mucho del primer y segundo tiempo, no atinaba a superar la
buena defensa criolla.
Los rojos
mejoraron mucho en su funcionamiento. Principalmente fue un buen remedio contra
Liga ubicar a Cordero en la banda, para frenar a Quintero; y la afortunada
medida de colocar a Guerra como líbero. Jugar con una línea de tres requiere una
característica particular de los defensas: velocidad. Con Guerra se solucionó
esa limitación que nos ha costado tantos goles.
Cuando se
trata de defender por completo, bajaban Cordero y Valencia de forma correcta y
terminaban por conformar una sólida defensa de cinco. Es decir, lo mismo que
hemos visto del equipo, pero con hombres diferentes. Y funcionó. Que es lo más
importante. Adelante, entre Lara y Preciado, se dieron modos para inquietar a
Liga y fruto de eso nos pusimos en ventaja. Jugada a balón parado y Ordoñez en
un buen cabezaso puso la ventaja.
En líneas
generales, incluso con la expulsión de Cordero y Liga con todos sus titulares,
los albos no pudieron pasarnos por encima como algunos agoreros habían
calculado. La goleada era el resultado que parecía obvio para muchos
periohinchas, hinchas, directivos de los albos. Pero no. El Nacional puso una
buena táctica y casi se gana.
Pero pasó
lo que suele ocurrir en estos partidos. El árbitro vio enfrente camisetas
blancas y empezó con los “errores” arbitrales. Primero, la cantidad de
amarillas que sacó a los rojos. Se cargó al equipo cuando cada balón que iba al
choque terminaba en falta a favor de Liga. Hubo algunas muy claras: se tropieza
Michael Jackson Quiñonez con el balón y es falta. Va Cordero a la pelea con
Quinteros por el balón al piso, y es falta, segunda amarilla y expulsión.
Y el gol
albo, hasta los mismos periohinchas mundo Liga reconocen, fue en una posición
adelantada, sino fragante, bastante discutible. Cada partido contra este conjunto
siempre termina definiéndose por un penal, una expulsión, una jugada discutida
y más.
¿Por qué
siempre pasa esto? Porque juegas contra Liga. Parece que hay una protección
especial contra este conjunto que siempre termina pasándonos la cuenta en el
resultado final.
En
definitiva, una buen cotejo de El Nacional en defensa y tácticamente. Pudimos
llevarnos los tres puntos, pero al final al menos conseguimos uno. ¿Señales de
mejora? No muchas, salvo que nos queda la sensación de que ese juego de defensa
y contragolpe hace sentir que es la forma en que el cuadro se desempeña mejor.
Falta
esperar la revancha, el domingo en el Atahualpa, para ver qué tanto se puede
ofrecer cuando toca tomar la iniciativa y salir a proponer.
El gradas nos jugamos otro partido de igual intensidad, cada visita a Ponceano es un maltrato para el visitante, con una boletería similar a una letrina y no puedes acceder a otra localidad que no sea la sur alta y si decides por cualquier cosa ir a otra localidad te obligan a sacarte la camiseta, quizá en el Atahualpa tenemos un exceso de amabilidad a la vista que le asignamos todas las localidades posibles. La visión es diferente acá para limitar el acceso a la visita hay que llenar nuestras localidades asignadas, quizá esto cambie con estadio propio, mientras tanto a pintar de Rojo el Ataualpa
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